Las consecuencias de la felicidad
Están divididos sobre la naturaleza de la felicidad. Ni la profesión de las armas, ni la de abogado o juez, ni la de agricultor o marinero, ni ninguna otra es tan deseable como para identificarla con la vida feliz. La vida no es realmente feliz
El filósofo y teólogo Tomás Moro, amigo de Erasmo, fue testigo de la devastación social causada por el primer movimiento de cercamiento en su país y en 1516 intentó analizar sus causas y consecuencias en su relato Utopía.
En el contexto de estas consideraciones, la poesía, en su opinión, es sobre todo un mensaje de alegría. El estudio de las letras, escribió en 1550, es “la dicha feliz de la vida, sin la cual hay que desesperar de llegar a la cumbre de la perfecta satisfacción”[79].
79] Muchos contemporáneos se declaran seguidores de la filosofía spinoziana de la felicidad, como Gilles Deleuze,[97] Robert Misrahi (que lo considera “el filósofo de la felicidad”[98]), Michel Henry[99] y, más recientemente, Bruno Giuliani[100].
Tema sobre la felicidad
Creo que Una felicidad perfecta es el tipo de novela que te hace sentir tan mal como bien. Te hace reír tanto como te hace llorar. En efecto, Quinn y Graham fueron capaces de conmoverme, hacerme reír, devastarme, alterarme hasta el punto de perderme en ellos y mezclar una parte de mi vida con la suya. También fueron capaces de sacarme de mi depresión lectora y de mis penas.
No soy un fanático de este libro, pero estuvo cerca, y definitivamente es un libro que recomiendo porque toca temas de los que nunca se puede hablar lo suficiente.
Anécdota sobre la felicidad
Entre todas las diferentes expresiones que pueden expresar uno de nuestros pensamientos, sólo hay una que es la correcta. No siempre se encuentra al hablar o al escribir: es cierto, sin embargo, que existe, y que todo lo que no sea eso es débil, y no satisface a un hombre de espíritu que quiere ser escuchado.
Es tradicional poner en cursiva los ejemplos que aparecen en los diccionarios y obras de carácter lingüístico, para distinguirlos del texto. Pero a menudo simplemente están sangrados, como en esta guía.
Algunas partes complementarias de un libro u otro escrito, como la dedicatoria, el epígrafe, la advertencia, el prefacio o el prólogo, pueden ir en cursiva. La marca de propiedad literaria suele estar en romano:
En un léxico o en la tabla alfabética de obras científicas, catálogos, estudios literarios, diccionarios y enciclopedias, la palabra o el epígrafe al que se remite el lector puede ir en cursiva:
La búsqueda de la felicidad
¿Por qué, entonces, debemos desconfiar de las formas de felicidad que se nos imponen más o menos? Porque, como veremos, parecen incompatibles con una sociedad basada en la solidaridad y en seres humanos autónomos y críticos. Por eso también la felicidad es un tema relevante para la educación permanente y popular.
“La democracia es imposible sin una pasión democrática, una pasión por la libertad de todos y cada uno, una pasión por los asuntos comunes que se convierten, precisamente, en los asuntos personales de cada uno. Estamos lejos de ello”[3].
Y, sin embargo, tal argumento ha sido desechado. Varios especialistas en psicología de la felicidad[9] estudiaron por primera vez la cuestión y llegaron a la conclusión de que los seres humanos eran, en su mayoría, incapaces de evaluar adecuadamente su grado de felicidad. Por lo tanto, era necesario que los expertos desarrollaran métodos que les ayudaran a hacerlo.
Esto significa asumir que el pasado tiene un efecto en el presente, es decir, que las historias de injusticia no terminan sólo porque pase el tiempo. Significa considerar que los sentimientos que surgen de la injusticia no son sólo cargas innecesarias que nos atan al pasado y a la infelicidad y de las que tenemos que deshacernos para avanzar, sino que también son una base necesaria para imaginar y luchar.
